Uno de los primeros grupos de usuarios que conocí de cerca fue el de la comunidad .net Tijuana. Antes había escuchado del grupo de usuarios de Linux; pero nunca me acerque a ellos. Recuerdo que sentí que era algo en lo que todo desarrollador profesional debería participar. Por eso mismo empecé a asistir a las reuniones mensuales a las que tenia oportunidad y sobre todo a los eventos grandes que la comunidad organizaba.
Por ese mismo tiempo comencé a suscribirme a varios blogs y sitios que trataban sobre el desarrollo de software. Noté que varios de los temas, que trataban en las reuniones de la comunidad, eran presentaciones que ya había conocido a través de esos sitios que seguía. Aun así me gustaba participar en las reuniones e invitaba a colegas a asistir. Me preocupaba que otros sintieran que no les aportaba algo nuevo una presentación que quizás podían ver en línea. Decidí participar dentro de la comunidad presentando, tratando de cambiar las presentaciones de PowerPoint por presentaciones con código. Por lo menos de esa forma verían un ejemplo practico, en código, del tema. Algo distinto a la presentación en línea que pudieran encontrar.
Organizando otros eventos trataba (y aun trato) de atraer a más desarrolladores profesionales para que formen parte de la comunidad. Noté que por más esfuerzos, la respuesta de los profesionales es la misma. Sí hay gente nueva; pero hay mucho profesional que no le importa pertenecer a un grupo de usuarios. Llegué a pensar que lo que necesitaban era conocer el beneficio que es ir a aprender de otros colegas y hacer mejor su trabajo. Una vez que lo vieran iban a asistir.
Me di cuenta que en lugar de buscar la razón por la cual alguien no participa en la comunidad, debía buscar la razón por la que las personas sí participan. Recordé que yo no necesito la comunidad para ser mejor desarrollador. Me gusta asistir aunque el tema ya lo conozca. No voy con la única intención de aprender más. Voy por el gusto de estar ahí conviviendo con personas que tienen el mismo interés por la tecnología.
Hace tiempo a la comunidad de Tijuana .Net Microsoft la apoyaba con regalos. Recuerdo que tenían rifas al final de cada reunión, había un tesorero y toda la cosa. Ahora que he estado más involucrado en la comunidad, noté y supe que Microsoft ya no apoyaba al grupo. Aun así en las reuniones sigue habiendo soda y galletas. Gabriel Flores los lleva, se toma la molestia de ir a comprar con su dinero sólo porque le gusta organizar las reuniones, le gusta la comunidad. No lo hace porque Microsoft le dará premios.
Hace meses inicié el grupo de usuarios de JavaScript y al ser el organizador tengo que pagar el dominio, crear el sitio y pues me toca comprar las sodas. Al principio sentía que no debería de pagarlas yo, que eran las empresas las que debían pagar por esos gastos ya que estábamos dando un servicio a los profesionales. Aunque no es mucho gasto, pensaba que estaba haciendo algo mal por tener que pagar las sodas de mi cartera.
Hasta que entendí que las comunidades son un pasatiempo y como todo pasatiempo cuesta, no se busca beneficio de un hobby, sólo se hace por el gusto de hacerlo. A veces es difícil darse cuenta, ya que se trata de lo mismo que hago en mi trabajo y por eso sentía que no tenia que pagar por hacerlo. Ahora que veo la organización de la comunidad como un pasatiempo (y no necesariamente como algo de beneficio para mi trabajo; aunque me ha ayudado) disfruto más de las reuniones. Los gastos no me pesan porque sé que son para el pasatiempo que disfruto. Entiendo por que algunos desarrolladores profesionales no asisten y nunca asistirán a las reuniones, simplemente es un pasatiempo que no compartimos.